Windows es un sistema operativo que ha estado evolucionando a base de ir lanzando nuevas versiones cada determinados años. Como mantener todas estas versiones sería logísticamente imposible, con el paso del tiempo van abandonando las más antiguas para centrar sus esfuerzos únicamente en el mantenimiento de las versiones actuales.
En las versiones de Windows podemos diferenciar dos tipos de soporte, el estándar y el extendido. Cuando está bajo el soporte estándar, cada versión de Windows sigue recibiendo varios tipos de actualizaciones, tanto correcciones como algunas funciones mejoradas, incluyendo actualizaciones de seguridad, y se pueden hacer reclamaciones con el hardware en garantía.
El soporte estándar de Windows 7 finalizó en enero de 2015, lo que quiere decir que ya no va a seguir recibiendo mejoras ni funciones. Desde entonces ha estado únicamente bajo el soporte extendido, una especie de prórroga. Este soporte extendido significa que, pese a que el sistema operativo ya ha sido abandonado oficialmente, todavía recibe actualizaciones de seguridad para solucionar bugs o errores que han sido descubiertos, y que podrían ser explotados para atacar a los usuarios.
Lo que va a pasar a partir del próximo 14 de enero de 2020 es que Windows 7 se quedará sin ningún tipo de soporte oficial, lo que significa que ya no se repararán los bugs y errores que sean descubiertos. Windows 7 habrá muerto de forma oficial, ya ya no será seguro seguir utilizándolo. Las empresas que quieran seguir recibiendo parches de seguridad tendrán que pagar un mantenimiento exclusivo a Microsoft que durará otros tres años.